Extranjeros y peregrinos
Amados, os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de las pasiones carnales que combaten contra el alma. (1 Pedro 2:11 LBLA)
El apóstol Pedro nos exhorta a vivir una vida integra, una vida libre de esclavitud a las pasiones. Muchos congregantes viven aparentando ser "cristianos" y viven una doble vida. En la iglesia son unos y afuera otros. Pedro nos ruega pero con un amor como el de Cristo, este ruego significa en el original griego: consolar, confrontar y fortalecer.
Pedro nos recuerda que somos extranjeros y peregrinos, vamos de paso en este mundo ajeno. Como Salomón en Eclesiastés trata de recordarnos que todo bajo el sol es vanidad, y lo único verdadero y eterno es el Reino de Dios, del cual en Cristo somos herederos.
En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo. (Filipenses 3:20 NVI)
Pedro nos pide que nos abtengamos de las pasiones carnales. Este abstenerse en el original griego significa refrenar un deseo interior que nos llevaría a pecar. Eso implica una batalla interior.
Las pasiones carnales son "inmoralidad, impureza, sensualidad, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, sectarismos, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes." (Gálatas 5:19-21 LBLA)
Pedro nos dice que estás pasiones batallan, luchan ferozmente por tener el control sobre nosotros, por destruir nuestra relación con Dios. La NVI traduce "combaten contra la vida.", esas pasiones nos roban la verdadera vida. Pedro nos anima a luchar contra estos deseos y pasiones. Debemos ser diligentes a orar y al estudio de la Palabra para vencer.
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