Salmo 119:7
“Con rectitud de corazón te daré gracias, al aprender tus justos juicios.”
Salmos 119:7 LBLA
Nuestro mundo está lleno de injusticias, desde el juez hasta el policía. No siempre los malvados son juzgados correctamente en el tribunal, pero hay un gran consuelo en saber que Dios siempre juzga al impío. No quedara ningún justo sin justicia y ningún malhechor sin su castigo.
Dios puso en nuestro corazón la necesidad de justicia y cuando vemos justicia nuestro corazón da gracias a Dios. Cuán alabado será el Señor cuando los más grandes criminales en la historia sean juzgados con justicia en su Tribunal Santo.
Sí haz sufrido injusticia en el trabajo, en la escuela, en los juzgados o en cualquier área de tu vida. Recuerda que Dios es justo y que todo lo que sucede a los escogidos es para su bien. Por años Noé vivió en un mundo tan corrompido como el nuestro, un mundo perdido y que no honra a Dios. Confiar en Dios y obedecer Sus mandatos nos trae seguridad y no seremos avergonzados. Noé no fue avergonzado sino que vio la justicia estando a salvo en el arca. Aprendamos de Noé.
Daniel nos habla del Hijo del Hombre que con mano de hierro vendrá en los últimos días a juzgar con justicia y rectitud. Jesus mismo descenderá con gloria y poder a juzgar la tierra, y el no dará por inocente al culpable. Quien cree en el Hijo tiene vida eterna pero quien no cree en el Hijo no verá la vida. ¿Amigo estas seguro que cuando Cristo vuelva serás salvo? ¡Sino es así corre a la cruz de Cristo, ven a Él en arrepentimiento y fe! Las puertas de la salvación están abiertas de par a par ¡Ven ahora!, por Su gracia nuestro juicio fue pagado en la cruz de Cristo. Hoy podemos dar gracias con un corazón recto al Dios de la salvación.
Dios de justicia y verdad. Haz dispuesto tu trono para hacer justicia. Tu santidad nos hace alabarte pues tu eres perfecto. Enseñanos tus caminos y andaremos en ellos. Gracias Dios por tu justicia y por tu misericordia. Enseñanos tus juicios y haznos tener tu Santo Nombre. Asombramos con tus proezas como las que hiciste al juzgar a Egipto. Ven Señor Jesús. En tu nombre oramos. Amén.
Salmos 119:7 LBLA
Nuestro mundo está lleno de injusticias, desde el juez hasta el policía. No siempre los malvados son juzgados correctamente en el tribunal, pero hay un gran consuelo en saber que Dios siempre juzga al impío. No quedara ningún justo sin justicia y ningún malhechor sin su castigo.
Dios puso en nuestro corazón la necesidad de justicia y cuando vemos justicia nuestro corazón da gracias a Dios. Cuán alabado será el Señor cuando los más grandes criminales en la historia sean juzgados con justicia en su Tribunal Santo.
Sí haz sufrido injusticia en el trabajo, en la escuela, en los juzgados o en cualquier área de tu vida. Recuerda que Dios es justo y que todo lo que sucede a los escogidos es para su bien. Por años Noé vivió en un mundo tan corrompido como el nuestro, un mundo perdido y que no honra a Dios. Confiar en Dios y obedecer Sus mandatos nos trae seguridad y no seremos avergonzados. Noé no fue avergonzado sino que vio la justicia estando a salvo en el arca. Aprendamos de Noé.
Daniel nos habla del Hijo del Hombre que con mano de hierro vendrá en los últimos días a juzgar con justicia y rectitud. Jesus mismo descenderá con gloria y poder a juzgar la tierra, y el no dará por inocente al culpable. Quien cree en el Hijo tiene vida eterna pero quien no cree en el Hijo no verá la vida. ¿Amigo estas seguro que cuando Cristo vuelva serás salvo? ¡Sino es así corre a la cruz de Cristo, ven a Él en arrepentimiento y fe! Las puertas de la salvación están abiertas de par a par ¡Ven ahora!, por Su gracia nuestro juicio fue pagado en la cruz de Cristo. Hoy podemos dar gracias con un corazón recto al Dios de la salvación.
Dios de justicia y verdad. Haz dispuesto tu trono para hacer justicia. Tu santidad nos hace alabarte pues tu eres perfecto. Enseñanos tus caminos y andaremos en ellos. Gracias Dios por tu justicia y por tu misericordia. Enseñanos tus juicios y haznos tener tu Santo Nombre. Asombramos con tus proezas como las que hiciste al juzgar a Egipto. Ven Señor Jesús. En tu nombre oramos. Amén.
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