Salmos 119:13
“He contado con mis labios de todas las ordenanzas de tu boca.”
Salmos 119:13 LBLA
Cuenten de como Dios juzgo la tierra enviado un gran diluvio y que salvó por gracia a Noé y su familia en el arca. Platiquen como por mano de Moisés, Dios liberto a Israel de la esclavitud en Egipto, envió plagas, partió el mar en dos y dio sustento en el desierto.
Enseñen como Dios juzgo Jericó, siendo soberbia por sus murallas Dios la entrego en manos a Josué y sin poner resistencia. Hablen de cuando Dios detuvo la Tierra y el Sol para darle la victoria a su pueblo. Hablen de cada Libertador que Dios envió, hablen del valor de Gedeon, de la valentía de Debora, de la fuerza de Sanson.
Hablen de las obras que Dios hizo con Su siervo David , que siendo un niño rubio como con una pequeña onda mato al gigante. Cuenten como Saúl mato a mil pero David mató a diez mil y como el Israel se regocijó en el Señor. Hablen de como Dios les daba la victoria ante sus adversarios.
Griten a voces las promesas de Dios dadas por medio de los profetas. Hablen del profeta Elías que Dios uso para ayudar a las viudas llenando vasijas con aceite. Hablen de como Dios protegió al profeta cuando Jetsabel cazaba a los Santos como a codornices, cuenten como Dios le dio suficiente fe a Elías para que descendiera fuego del cielo.
Hablen de los jóvenes hebreos en Babilonia, cuenten como los arrojaron al horno y sus ropas no se quemaron. Enseñen sobre el profeta Daniel y como injustamente fue arrojado a los leones y ellos ni siquiera lo tocaron. Cuente que Dios restaura al pueblo caído y como reconstruyo los muros y el templo en Israel por el profeta Nehemias y el sacerdote Esdras. ¡Cuentenlo! ¡Que vuestro corazón arda por las obras de Dios!
Cuenten como el Verbo se hizo carne, como Jesús sanó enfermos, resucito muertos, expulso demonios, multiplico los panes, camino sobre el agua, dio vista a ciegos y como comía con pecadores. Cuenten como los niños se le acercaban y como aún los gentiles venían a Él. Hablen a tiempo y fuera de tiempo sobre su pasión, su resurrección y su ascensión.
Hablen del poder recibido en Pentecostés, de la obra de los doce, del martirio de Esteban, de los milagros en las ciudades a donde los discípulos iban, como los pecadores dejaban los ídolos y adoraban a Jesús. Como los más viles y pecadores se convertían no pocos, ni unos cuentos, sino en miles.
Hablen sobre lo que vendrá, enseñen que Él volverá, que el Hijo del Hombre vendrá en gloria y poder, que vendrá por Su amada iglesia y que reináremos con él por la eternidad. Hablen de las bodas del cordero, del juicio a los incrédulos y la Nueva Jerusalén ¡Nuestra Ciudad Celestial!
Hermanos los exhorto en el nombre de Jesús que hablen de esto en su casa, hablen de esto sus trabajos, platiquenlo en las calles, enseñenlo a sus hijos, hablenlo a todos, gritenlo en las azoteas y aún en la plazas. No permitan que estos hechos sean olvidados porque la diestra de Dios ha hecho maravillas.
Señor soberano, bendito es tu Nombre en toda la tierra. Gracias por registrar tu obras en las Escrituras. Perdona nuestra incredulidad, creemos que tu puedes hacer obras más grandes que estas en estos días. Trae un avivamiento en tu Iglesia y muestrate a nosotros Señor. Infunde temor a tus hijos, para que así tus obras se propaguen. Abre nuestra boca para hablar tu verdad, quita el temor de nuestro corazón. Toda la gloria es para Ti. Amado mío no te tardes. En el nombre de Cristo Jesús, nuestro Señor. Amén.
Salmos 119:13 LBLA
Cuenten de como Dios juzgo la tierra enviado un gran diluvio y que salvó por gracia a Noé y su familia en el arca. Platiquen como por mano de Moisés, Dios liberto a Israel de la esclavitud en Egipto, envió plagas, partió el mar en dos y dio sustento en el desierto.
Enseñen como Dios juzgo Jericó, siendo soberbia por sus murallas Dios la entrego en manos a Josué y sin poner resistencia. Hablen de cuando Dios detuvo la Tierra y el Sol para darle la victoria a su pueblo. Hablen de cada Libertador que Dios envió, hablen del valor de Gedeon, de la valentía de Debora, de la fuerza de Sanson.
Hablen de las obras que Dios hizo con Su siervo David , que siendo un niño rubio como con una pequeña onda mato al gigante. Cuenten como Saúl mato a mil pero David mató a diez mil y como el Israel se regocijó en el Señor. Hablen de como Dios les daba la victoria ante sus adversarios.
Griten a voces las promesas de Dios dadas por medio de los profetas. Hablen del profeta Elías que Dios uso para ayudar a las viudas llenando vasijas con aceite. Hablen de como Dios protegió al profeta cuando Jetsabel cazaba a los Santos como a codornices, cuenten como Dios le dio suficiente fe a Elías para que descendiera fuego del cielo.
Hablen de los jóvenes hebreos en Babilonia, cuenten como los arrojaron al horno y sus ropas no se quemaron. Enseñen sobre el profeta Daniel y como injustamente fue arrojado a los leones y ellos ni siquiera lo tocaron. Cuente que Dios restaura al pueblo caído y como reconstruyo los muros y el templo en Israel por el profeta Nehemias y el sacerdote Esdras. ¡Cuentenlo! ¡Que vuestro corazón arda por las obras de Dios!
Cuenten como el Verbo se hizo carne, como Jesús sanó enfermos, resucito muertos, expulso demonios, multiplico los panes, camino sobre el agua, dio vista a ciegos y como comía con pecadores. Cuenten como los niños se le acercaban y como aún los gentiles venían a Él. Hablen a tiempo y fuera de tiempo sobre su pasión, su resurrección y su ascensión.
Hablen del poder recibido en Pentecostés, de la obra de los doce, del martirio de Esteban, de los milagros en las ciudades a donde los discípulos iban, como los pecadores dejaban los ídolos y adoraban a Jesús. Como los más viles y pecadores se convertían no pocos, ni unos cuentos, sino en miles.
Hablen sobre lo que vendrá, enseñen que Él volverá, que el Hijo del Hombre vendrá en gloria y poder, que vendrá por Su amada iglesia y que reináremos con él por la eternidad. Hablen de las bodas del cordero, del juicio a los incrédulos y la Nueva Jerusalén ¡Nuestra Ciudad Celestial!
Hermanos los exhorto en el nombre de Jesús que hablen de esto en su casa, hablen de esto sus trabajos, platiquenlo en las calles, enseñenlo a sus hijos, hablenlo a todos, gritenlo en las azoteas y aún en la plazas. No permitan que estos hechos sean olvidados porque la diestra de Dios ha hecho maravillas.
Señor soberano, bendito es tu Nombre en toda la tierra. Gracias por registrar tu obras en las Escrituras. Perdona nuestra incredulidad, creemos que tu puedes hacer obras más grandes que estas en estos días. Trae un avivamiento en tu Iglesia y muestrate a nosotros Señor. Infunde temor a tus hijos, para que así tus obras se propaguen. Abre nuestra boca para hablar tu verdad, quita el temor de nuestro corazón. Toda la gloria es para Ti. Amado mío no te tardes. En el nombre de Cristo Jesús, nuestro Señor. Amén.
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