Salmo 119:15
“Meditaré en tus preceptos, y consideraré tus caminos.”
Salmos 119:15 LBLA
Meditar en alguna cosa hoy en día es difícil y detenernos a considerar algo es sumamente extraño. Nuestra época se caracteriza por la velocidad de las cosas, todos queremos el último teléfono, el mejor y más rápido internet, las más rápidas aplicaciones, las películas rápidas y entretenidas, las canciones con ritmo rápido, los transportes más veloces, el tren bala y auto súper potentes. Estarse quieto en este tiempo ya no tiene cabida.
El Señor nos dice "¡Detente! Y mira con tranquilidad lo que te he escrito.... ¡Quédate quieto! Y considera mis caminos... Escudriña a fondo mi Palabra."
Toma un descanso de este mundo ajetreado y piensa en como Dios ha obrado en tu vida esta semana. Toma un momento y considera tu andar ante Él, ¿Cómo Dios te ha hablado en estos tiempos? ¿Cómo en las cartas a las siete iglesias en Apocalipsis, que el Señor elogia de ti y que te dice que no es correcto?
Meditemos en Sus caminos porque nos llevan a la Vida, a la Justicia y a la Verdad. Medita en su Palabra que nos muestra sus grandes mandamientos, que nos enseña la Sabiduría y que nos enamora con el Evangelio.
Considera el camino de los grandes hombres que Dios uso para libertar y avivar por el Espíritu Santo que descendió del cielo. Considera los impactos que el Evangelio causo en la sociedad, como cada nación y pueblo que fue tocado por el Evangelio fue radicalmente transformado.
Considera la obra de Cristo en la cruz del Calvario, como por Sus llagas fuimos salvados, como Su gracia nos alcanza y salva, como Su amor es invencible, como Su justicia es por siempre verdadera y como cuida de cada oveja porque es el Buen Pastor.
Señor, tu que creaste el cielo y la tierra, los seres que viven en la tierra, los cielos y el mar. Haznos considerar tus caminos, muéstranos tu gloria, revela tu portentosa mano ante nosotros. Enseñanos tu obra milagrosa en tu Palabra, enseñanos a Cristo en ellos y viviremos. Por tu gracia permitenos seguirte y serte fieles hasta el final. En el nombre de Jesús mi Señor. Amén.
Salmos 119:15 LBLA
Meditar en alguna cosa hoy en día es difícil y detenernos a considerar algo es sumamente extraño. Nuestra época se caracteriza por la velocidad de las cosas, todos queremos el último teléfono, el mejor y más rápido internet, las más rápidas aplicaciones, las películas rápidas y entretenidas, las canciones con ritmo rápido, los transportes más veloces, el tren bala y auto súper potentes. Estarse quieto en este tiempo ya no tiene cabida.
El Señor nos dice "¡Detente! Y mira con tranquilidad lo que te he escrito.... ¡Quédate quieto! Y considera mis caminos... Escudriña a fondo mi Palabra."
Toma un descanso de este mundo ajetreado y piensa en como Dios ha obrado en tu vida esta semana. Toma un momento y considera tu andar ante Él, ¿Cómo Dios te ha hablado en estos tiempos? ¿Cómo en las cartas a las siete iglesias en Apocalipsis, que el Señor elogia de ti y que te dice que no es correcto?
Meditemos en Sus caminos porque nos llevan a la Vida, a la Justicia y a la Verdad. Medita en su Palabra que nos muestra sus grandes mandamientos, que nos enseña la Sabiduría y que nos enamora con el Evangelio.
Considera el camino de los grandes hombres que Dios uso para libertar y avivar por el Espíritu Santo que descendió del cielo. Considera los impactos que el Evangelio causo en la sociedad, como cada nación y pueblo que fue tocado por el Evangelio fue radicalmente transformado.
Considera la obra de Cristo en la cruz del Calvario, como por Sus llagas fuimos salvados, como Su gracia nos alcanza y salva, como Su amor es invencible, como Su justicia es por siempre verdadera y como cuida de cada oveja porque es el Buen Pastor.
Señor, tu que creaste el cielo y la tierra, los seres que viven en la tierra, los cielos y el mar. Haznos considerar tus caminos, muéstranos tu gloria, revela tu portentosa mano ante nosotros. Enseñanos tu obra milagrosa en tu Palabra, enseñanos a Cristo en ellos y viviremos. Por tu gracia permitenos seguirte y serte fieles hasta el final. En el nombre de Jesús mi Señor. Amén.
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