Salmo 119:12

“Bendito tú, oh SEÑOR; enséñame tus estatutos.”
‭‭Salmos‬ ‭119:12‬ ‭LBLA‬‬
Bendito sea el Señor. Así comienza este versículo, y así debe ser el comienzo de cada día del cristiano. Bendecir significa hablar bien o alabar.

Alabemos al Señor a primera hora del día, cuando las primeras luces del día nacen y su misericordia se renueva. Cuando nuestros ojos se abren expectantes para ver Su gloria.

Alabemosle al medio día, cuando las criaturas reciben el alimento de la mano de Dios y las hojas bailan al son del viento. Cuando nuestras fuerzas están llenas y la luz ilumina toda la gloria de Su creación.

Alabemosle al atardecer cuando los pequeños gorriones se acobijan para descansar y cuando su gracia nos lleva con bien a casa. Cuando las nubes contrastan con los últimos rayos del Sol dando una obra artística que jamás podrá ser igualada.

Alabemosle en la noche cuando las hermosas estrellas en la bóveda celeste brillan en su esplendor. Que Dios sea alabando desde la salida del Sol hasta el ocaso.

Fuimos creados para bendecir y para ser bendición, que honor poder alabar a Dios por sus portentosas obras. Los que alaban a Dios por sus prodigios comúnmente anhelan verlos. Los que tienen una fe grande verán grandes cosas y alabarán a Dios grandemente. Esta en nuestra razón de ser, nuestro propósito en este mundo es alabar a nuestro Dios.

Debemos alabarle por todo lo que nos da, aún las pruebas y los desiertos pues ahí nos perfecciona hasta llegar a ser como Cristo. En el desierto vemos los más grandes milagros del Señor.

El autor de este salmo no sólo se detiene a alabar, sino inmediatamente hace una petición.  Una petición humilde y de gran valor, pedirle al Señor que nos enseñe sus estatutos. Que esta petición nazca sinceramente de nuestro corazón y que Dios en Su grande misericordia nos la conceda.

Como dice el Salmos‬ ‭27:11‬ ‭‬‬ “SEÑOR, enséñame tu camino, y guíame por senda llana por causa de mis enemigos.” LBLA

Señor alabado sea tu nombre. Siempre guardas tu Palabra, siempre cumples todas tus promesas. Tu misericordia es para siempre, tu amor es incomparable y tu gracia es sublime. Enseñamos a alabarte, enseñanos a darte gracias por cada detalle que nos das sin merecerlo. Enseñanos tus estatutos, no nos dejes que nos apartemos de ellos. Guíanos por una senda recta, por el Camino de Santidad. Aviva nuestros corazones y transforma nuestra mente. En el nombre de Jesús, nuestro Emmanuel. Amén.

Comentarios

  1. Hermosa palabra hermano Aleks Campos, que sigas avivado, inspirado y amado por Dios siempre! Infinitas Bendiciones!
    Gaby Moreno Quintanar.

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