Salmo 119:11
“En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti.”
Salmos 119:11 LBLA
Hay muchas cosas el ser humano atesora. Atesoramos esos momentos cálidos con nuestros seres amados. Atesoramos algún bien de gran valor monetario. Atesoramos muchas cosas. Sin embargo la seguridad de estas cosas es una ilusión. En un segundo podemos perderlo todo, como Job podemos perder nuestra familia y posesiones. Sí nuestro corazón está anclado en estas cosas seremos semejantes a las olas del mar, tan inestables.
El texto nos dice que atesoremos algo diferente. Este salmista nos dice que el en ves te atesorar cosas terrenales, atesora la Palabra de Dios. ¿Será un buen negoció atesorar la Palabra? ¡Por supuesto! Yo te lo aseguro, no porque yo tenga esa autoridad. ¡Sino por que la misma Escritura te lo asegura!
Las riquezas pueden ser mimadas y hurtadas por ladrones. Tus vestidos pueden echarse a perder o quemarse. Tu empleo puedes perderlo en cualquier momento o puede quebrar tu empresa. La Escritura dice “Porque: TODA CARNE ES COMO LA HIERBA, Y TODA SU GLORIA COMO LA FLOR DE LA HIERBA. SECASE LA HIERBA, CAESE LA FLOR, MAS LA PALABRA DEL SEÑOR PERMANECE PARA SIEMPRE. (1 Pedro 1:24-25 LBLA)
Es un buen negocio, invierte tu tiempo,tu mente y tu esfuerzo en guardar cada palabra de tu Señor. Es la inversión más segura, los hombres mienten y engañan pero tu Señor nunca defrauda a nadie. Él no es deudor de nadie, sino que de Su mano provienen todas las cosas.
Quitare las ataduras peregrino a las cosas vanas de este mundo. El mundo y sus deseos pasarán pero la Palabra de Dios nunca lo hará. En Su palabra hay verdad, y la verdad nos hará libre. Se libré hermano mío, libre de los tesoros de este mundo, libre de desperdiciar una vida para un negocio absurdo.
Este guardar del texto no es para nada pasivo sino intencional. El que guarda no se queda quieto, pues su Dios lo hace grande y lo bendice. Las personas que guardan la Palabra trastornan el mundo, transforman familias, comunidades, naciones, aún continentes hasta impactar al mundo entero. Así fueron los doce discípulos del Señor. Buscad el reino y su justicia, y todas las cosas les serán añadidas.
Señor Dios todopoderoso. Grande es tu fidelidad y amor por nosotros. Perdónanos por poner nuestros esfuerzos en cosas que son vanas y vacías. Ayúdame a guardar tu Palabra. No nos permitas caer en tentación Señor y ayúdanos no romper tu ley. Oramos en el nombre de Jesús. Amén.
Salmos 119:11 LBLA
Hay muchas cosas el ser humano atesora. Atesoramos esos momentos cálidos con nuestros seres amados. Atesoramos algún bien de gran valor monetario. Atesoramos muchas cosas. Sin embargo la seguridad de estas cosas es una ilusión. En un segundo podemos perderlo todo, como Job podemos perder nuestra familia y posesiones. Sí nuestro corazón está anclado en estas cosas seremos semejantes a las olas del mar, tan inestables.
El texto nos dice que atesoremos algo diferente. Este salmista nos dice que el en ves te atesorar cosas terrenales, atesora la Palabra de Dios. ¿Será un buen negoció atesorar la Palabra? ¡Por supuesto! Yo te lo aseguro, no porque yo tenga esa autoridad. ¡Sino por que la misma Escritura te lo asegura!
Las riquezas pueden ser mimadas y hurtadas por ladrones. Tus vestidos pueden echarse a perder o quemarse. Tu empleo puedes perderlo en cualquier momento o puede quebrar tu empresa. La Escritura dice “Porque: TODA CARNE ES COMO LA HIERBA, Y TODA SU GLORIA COMO LA FLOR DE LA HIERBA. SECASE LA HIERBA, CAESE LA FLOR, MAS LA PALABRA DEL SEÑOR PERMANECE PARA SIEMPRE. (1 Pedro 1:24-25 LBLA)
Es un buen negocio, invierte tu tiempo,tu mente y tu esfuerzo en guardar cada palabra de tu Señor. Es la inversión más segura, los hombres mienten y engañan pero tu Señor nunca defrauda a nadie. Él no es deudor de nadie, sino que de Su mano provienen todas las cosas.
Quitare las ataduras peregrino a las cosas vanas de este mundo. El mundo y sus deseos pasarán pero la Palabra de Dios nunca lo hará. En Su palabra hay verdad, y la verdad nos hará libre. Se libré hermano mío, libre de los tesoros de este mundo, libre de desperdiciar una vida para un negocio absurdo.
Este guardar del texto no es para nada pasivo sino intencional. El que guarda no se queda quieto, pues su Dios lo hace grande y lo bendice. Las personas que guardan la Palabra trastornan el mundo, transforman familias, comunidades, naciones, aún continentes hasta impactar al mundo entero. Así fueron los doce discípulos del Señor. Buscad el reino y su justicia, y todas las cosas les serán añadidas.
Señor Dios todopoderoso. Grande es tu fidelidad y amor por nosotros. Perdónanos por poner nuestros esfuerzos en cosas que son vanas y vacías. Ayúdame a guardar tu Palabra. No nos permitas caer en tentación Señor y ayúdanos no romper tu ley. Oramos en el nombre de Jesús. Amén.
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