Epístola de Pablo a los Romano. Capítulo I: “Amados”

Epístola de Pablo a los Romanos
Capitulo I: “Amados”

a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Romanos 1:7 RVR1960)

Amados de Dios: Amor: “ἀγαπη” –Agape-
Este es el amor descrito por Pablo en la Epístola a los Corintios en el capitulo 13, es la mas grande expresión de amor que pudiera existir, este amor es eterno (1 Cor. 13:13), cuando Jesús recibió honor y gloria de parte de Dios Padre. La voz de la majestuosa gloria de Dios le dijo: Este es mi hijo amado, quien me da gozo (Mt. 17:5; Mc. 9:7; Lc. 9:35)

El Cristiano es nombrado de diferentes maneras en las Escrituras, pero el ser llamados “Amados de Dios” es trascendental, el amor de Dios no tiene igual por eso somos llamados hijos de Dios (1 Jn. 3:1), el amor es la razón de la grande misericordia de Dios.
Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. (Jeremías 31:3 RVR1960)

Dios es amor (1 Jn. 4:7-11 ), y el revelo su amor por nosotros en que aun siendo pecadores el Señor Jesucristo murió por nosotros (Ro. 5:5-8), por nuestra culpa el perfecto fue tratado como criminal (Mt. 26:55), hecho pecado (2 Cor. 5:21) y maldito al ser colgado en un madero (Dt. 21:22-23). El Apóstol Juan nos dice que el amor consiste en que Dios nos amo y envió a Jesucristo en propiciación por nuestros pecados.

Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. (1 Juan 4:11 RVR1960)
El cristiano debe amar a su prójimo puesto que Dios lo ha amado a el, pero este amor excelso es como el que describe Jesús el Cristo:
Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos. (S.Juan 15:13 RVR1960)

Un creyente debe estar dispuesto a dar su tiempo, sí vemos a un hermano en necesidad y tenemos suficiente dinero para ayudarlo y no lo hacemos ¿Acaso el amor de Dios está en esta clase de persona? De ninguna manera, el amor no sólo son palabras, sino acciones piadosas hasta el punto de dar su vida en amor a sus hermanos. Este es el verdadero amor y sí nos amamos eso demuestra que hemos pasado de muerte a vida, porque aquel que no ama esta muerto. El apóstol del amor, Juan dice que el que no ama no ha conocido a Dios, y sí amamos Dios vive en nosotros. Por tanto no tendremos temor en el día del juicio, sino que podemos estar frente a Dios confiadamente, el amor echa fuera todo temor.

Si alguien dice que ama pero en realidad odia a un hermano, este es mentiroso, pues sí no amamos a quienes podemos ver, ¿Cómo amaremos a Dios, a quien nadie ha visto?
Yo amo a los que me aman, Y me hallan los que temprano me buscan. (Proverbios 8:17 RVR1960)
Busquemos a Dios, sin cesar, de día y noche, seamos llenos de su Santo Espíritu, más ahora que el Rey viene pronto. 

Llamados a ser Santos: Santo: Αγνος : casto, limpio, puro, moralmente intachable, consagrada.
El pecador es llamado al arrepentimiento, y ya recibiendo la justificación por fe, es llamado a ser Santo. El creyente continuamente en las Escrituras es llamado Santo, pues es una característica del cristiano, es la prueba de la regeneración y la obra producida por el arrepentimiento genuino.

Dios no solo es Santo, sino es tres veces Santo y en su gran santidad nos ha llamado a ser santos, desde antes de la fundación del mundo, así como el es Santo (1 P. 1:15,16) y que seamos sin mancha e irreprensibles (Col. 1:22), pues Él es el Rey de los santos (Ap.15:3) y nosotros una nación santa (1 P. 2:9)
¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado. (Apocalipsis 15:4 RVR1960)
Dios ha revelado a sus santos escogidos las cosas ocultas y los misterios (Col. 1:26), y sean conciudadanos de los otros santos y miembros de la familia de Dios (Ef. 2:19), y no más extranjeros sino ciudadanos de la Santa ciudad (Ap. 21:2,10).
Los santos son odiados por Satanás y sus demonios, y en los últimos tiempos se derramara gran cantidad de sangre de los Santos (Ap. 17:5,6 NTV) y claman a Dios por ser vindicados (Ap. 6:10)

Los santos resucitaran, y la muerte ya no tiene poder en ellos, serán sacerdotes de Dios y reinarán con Cristo por mil años (Ap. 20:6)
Debemos esforzarnos por vivir en santidad (Ap. 22:11), porque el lino fino, limpio y resplandeciente son las acciones justas de los Santos (Ap. 19:8) y aquellos que no estén así vestidos serán arrojados a la oscuridad, donde es el crujir y rechinar de dientes.
Gracia y Paz a Vosotros:
Es un saludo común de Pablo ( 1 Cor. 1:3; 2 Cor. 1:2; Gal. 1:3; Ef. 1:2; Fil. 1:2; Col. 1:2; 1 Ts. 1:1; 2 Ts. 1:2; Fil. 1:3) y también del Apóstol Pedro (1 P. 1:2; 2 P. 1:2) y Juan el discípulo amado (Ap. 1:4). En el Antiguo Testamento el saludo común era “Shalom Aleijem” -la paz sea contigo-. Pero ahora con las bendiciones de la Gracia de Dios, el saludo mas apropiado es “Gracia y Paz”.
Esta es considerada como una bendición, en el Antiguo Testamento los sacerdotes podían bendecir al pueblo, pero ahora los ministros de Dios pueden  bendecir en el nombre de Jesús.


Meditemos…
Somos amados del Señor, y tenemos que amar a los demás como Dios nos ama, pues el amor borra multitud de pecados (Pr. 10:12), debemos amar pues este amor será eterno y es lo que nos hace mas como Dios, pues solo de el puede venir este tipo de amor.
El primer y mas grande mandamiento es el que Jesús les dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente (Mt. 22:37). Un verdadero creyente ama a Dios sobre todas las cosas, y no debe haber impedimento alguno pues Dios es soberano y grande. Una vida en sacrificio y santidad es la más grande prueba de amor que le podemos dar a Dios, pues si verdaderamente amamos a Dios, obedeceremos sus mandamientos: Si me amáis, guardad mis mandamientos (Jn.14:15)

Un creyente se evidencia por su amor, puesto que aun Jesús dijo: En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros (Jn. 13:35), aquel que se diga que conocen a Dios y no ama a su prójimo no conoce a Dios, sino que este es mentiroso. El contraste del amor es el odio en el cual en nuestra vida pasada estábamos atados, también al rencor y la envidia, pero la prueba del gran milagro de la regeneración es un corazón que ama al prójimo, puesto que es un mandato del Rey de reyes: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. (Mt. 22:39-40)
Puesto que no podría existir ningún regenerado que diga: ¡el Señor me ama, ha pecar se ha dicho!¡Pongamos mas carga a la cruz de aquel que me ama, para que así me ame mas!, es absurdo creer que un verdadero creyente diga esto, pues habiendo dicho que el que ama a Dios obedece a sus mandamientos, una vida en santidad es su fruto; el creyente buscara la santidad pues eso agrada al Dios que abundante amor le dio.

La frase Gracia y Paz, revela el estado que el verdadero cristiano tiene: una inmensa felicidad, gozo  y tranquilidad que la gracia soberana, rica y superabundante que Dios le da, la cual le da esperanza de salvación y vida eterna; además de una paz que sobrepasa todo entendimiento, y que solo el Príncipe de Paz nos puede dar pues es bendición suya (Sal.29:11), y bien sabemos que solo en Dios podemos vivir confiados (Sal.4:8).

Mientras que los no creyentes viven un mar de pecado, que los ahoga mas y mas, y sus sendas van a caminos de perdición, no pueden disfrutar de esta clase de Gracia y de Paz, pues aun el profeta Isaías dice: No hay paz para los malos, dijo Yahweh (Is. 48:22), y: No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos (Is. 57:21). Y aunque falsos profetas proclamen paz a las naciones en medio del caos mundial y la inseguridad por la depravación total del hombre, pues aun el profeta Jeremías dice: Curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz (Jer. 6:14).
Solo Dios puede hacer que vivamos en paz como lo dice el profeta: y mi pueblo habitara en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo (Is. 32:18).

Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. (Colosenses 3:12-15 RVR1960)

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