Antigüedad Clasica
Recuerdo sobre mi niñez que mi padre tenía un auto modesto en el cual cada fin de semana íbamos a comprar despensa y él nos dejaba escoger lo que pidiéramos y después nos dirigíamos a una casa que estaban traspasando mis padres, recuerdo que mi papá tenía un despacho y un trabajo fijo, que trabajó en el gobierno del Distrito Federal, en el edificio donde el presidente de la nación trabaja, un gran abogado.
Recuerdo que mis padres discutían continuamente, y mi padre se dejó de congregar en la Iglesia para seguir el camino de la política, y tan pronto se alejó los vicios del alcohol y el tabaquismo lo esclavizaron como sí el juicio de Dios ya estuviera sobre el.
Cuando yo tuve 10 años dejamos de asistir a la Iglesia, esto sólo hizo que mi familia se dividiera más y más, mi padre se salió de la casa y mis padres se divorciaron. Mi madre nos leía historias de la biblia y nos hacía orar en la noche antes de dormir, aunque mi madre no lo decía ella estaba muy dolida por que mi padre se fue. Mi padre perdió su carro, su despacho, su trabajo en el gobierno, su casa y volvimos a rentar, su salud decayó y el respeto de la gente por el abogado exitoso se extinguió.
Mi madre cuando yo tenía 11 años se enfermó de pancreatitis y dejaron de funcionar además 4 de sus órganos esenciales, mi madre estuvo apunto de morir varias veces, yo clamaba y clamaba al señor que la salvara, le rogaba que me la dejara un poco más de tiempo, que sí era verdaderamente misericordioso, que realmente lo es, que mi madre viva un poco más de tiempo. Ella pasó más de tres meses en el hospital, y después de salir dos meses, regresó de nuevo otros tres meses más, creí que el Señor se la llevaba, sin embargo el nos la prestó un tiempo más según su predestinado plan.
Poco tiempo después mi madre se enteró por medio de mi abuelita María, madrina de mi padre, que mi padre mientras mi madre estaba moribunda en el hospital el adúltero con una Señora y esta estaba embarazada. Mi madre al enterarse se puso muy triste, pues se sentía traicionada. Esta fue la gota que derramó el juicio y castigo hacia mi padre, pues después de esto había perdido la confianza de su familia, poco después de esto mi padre se enteró que su padre, esto es mi abuelo Gregorio, el que nunca se hizo cargo de él, tenía otra familia con ocho medios hermanos y el ya siendo adulto fue reconocido como su hijo, así mi padre se convirtió en el menor de los ocho medios hermanos, él se hundió en el alcoholismo después de todo esto.
Estando yo en último año de primaria, fuimos mi hermana y yo invitados a una Escuela Bíblica de Vacaciones, y llegamos a una Iglesia Bautista llamada Dios Es Amor, mi hermana y yo nos enamoramos de esa Iglesia. Pocas semanas después mi madre Lourdes, Daniela mi hermana y yo nos empezamos a congregar ahí.
Estando yo congregandome en esa Iglesia, a los doce años mi madre nos llevaba a células en casas de hermanos, el miércoles al culto de oración, a los viernes de victoria que eran otra reunión de oración, a la reunión de adolescentes los sábados, al discipulado y escuela dominical los domingos. De los siete días de la semana yo me reunía en la congregación de martes a domingo, desde ese entonces sentía una convicción a ser consagrado vivir por fe en el ministerio, sin embargo en mi estudio de la Soteriología pongo en duda haber sido salvo en ese tiempo debido a que mi forma de vivir no era piadosa ni mostraba señales internas del fruto del Espíritu. Por fuera daba la apariencia de piedad pero por dentro aún era esclavo del pecado, quería huir del Salvador, ignoraba cada sermón del ministro y escapaba de cualquier palabra de la Escritura.
Recuerdo que mis padres discutían continuamente, y mi padre se dejó de congregar en la Iglesia para seguir el camino de la política, y tan pronto se alejó los vicios del alcohol y el tabaquismo lo esclavizaron como sí el juicio de Dios ya estuviera sobre el.
Cuando yo tuve 10 años dejamos de asistir a la Iglesia, esto sólo hizo que mi familia se dividiera más y más, mi padre se salió de la casa y mis padres se divorciaron. Mi madre nos leía historias de la biblia y nos hacía orar en la noche antes de dormir, aunque mi madre no lo decía ella estaba muy dolida por que mi padre se fue. Mi padre perdió su carro, su despacho, su trabajo en el gobierno, su casa y volvimos a rentar, su salud decayó y el respeto de la gente por el abogado exitoso se extinguió.
Mi madre cuando yo tenía 11 años se enfermó de pancreatitis y dejaron de funcionar además 4 de sus órganos esenciales, mi madre estuvo apunto de morir varias veces, yo clamaba y clamaba al señor que la salvara, le rogaba que me la dejara un poco más de tiempo, que sí era verdaderamente misericordioso, que realmente lo es, que mi madre viva un poco más de tiempo. Ella pasó más de tres meses en el hospital, y después de salir dos meses, regresó de nuevo otros tres meses más, creí que el Señor se la llevaba, sin embargo el nos la prestó un tiempo más según su predestinado plan.
Poco tiempo después mi madre se enteró por medio de mi abuelita María, madrina de mi padre, que mi padre mientras mi madre estaba moribunda en el hospital el adúltero con una Señora y esta estaba embarazada. Mi madre al enterarse se puso muy triste, pues se sentía traicionada. Esta fue la gota que derramó el juicio y castigo hacia mi padre, pues después de esto había perdido la confianza de su familia, poco después de esto mi padre se enteró que su padre, esto es mi abuelo Gregorio, el que nunca se hizo cargo de él, tenía otra familia con ocho medios hermanos y el ya siendo adulto fue reconocido como su hijo, así mi padre se convirtió en el menor de los ocho medios hermanos, él se hundió en el alcoholismo después de todo esto.
Estando yo en último año de primaria, fuimos mi hermana y yo invitados a una Escuela Bíblica de Vacaciones, y llegamos a una Iglesia Bautista llamada Dios Es Amor, mi hermana y yo nos enamoramos de esa Iglesia. Pocas semanas después mi madre Lourdes, Daniela mi hermana y yo nos empezamos a congregar ahí.
Estando yo congregandome en esa Iglesia, a los doce años mi madre nos llevaba a células en casas de hermanos, el miércoles al culto de oración, a los viernes de victoria que eran otra reunión de oración, a la reunión de adolescentes los sábados, al discipulado y escuela dominical los domingos. De los siete días de la semana yo me reunía en la congregación de martes a domingo, desde ese entonces sentía una convicción a ser consagrado vivir por fe en el ministerio, sin embargo en mi estudio de la Soteriología pongo en duda haber sido salvo en ese tiempo debido a que mi forma de vivir no era piadosa ni mostraba señales internas del fruto del Espíritu. Por fuera daba la apariencia de piedad pero por dentro aún era esclavo del pecado, quería huir del Salvador, ignoraba cada sermón del ministro y escapaba de cualquier palabra de la Escritura.
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