Salmo 119:16
“Me deleitaré en tus estatutos, y no olvidaré tu palabra.”
Salmos 119:16 LBLA
Hay muchas cosas debajo del Sol en las cuales nos podemos deleitar. Salomón el hijo de David indaga e investiga que deleites dan sentido a la vida del hombre. Sin embargo ni deleitarse en el vino, los bienes, las riquezas, la fama o el sexo. Salmón llega a la conclusión de que nada en este mundo tiene deleites que nos satisfagan plenamente. Nada bajo el Sol puede hacernos totalmente felices.
Entonces sí debajo del Sol no hay lugar en donde encontrar la satisfacción plena, como C. S. Lewis enseñaba "la satisfacción plena debe estar sobre el Sol y los cielos, no debe ser de este mundo."
¿En dónde está tu deleite? ¿En qué gastas tus fuerzas y tu atención? ¿Dios tiene el monopolio de tu deleite? Recuerda qué Salmos dice "Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera." (Salmos 112:1 RVR1960).
Deleitate en tu Señor y el te dará la más grande satisfacción que puedas conocer o imaginar. Deja ya los deleites vamos, abandona peregrino la pornografía, los vicios, la mentira, el amor al dinero y todo lo que esta Feria de la Vanidad te ofrece. Pon tus ojos en las cosas del cielo, en las cosas de arriba e inviables que son eternas.
Dios nos ha dado un medio de gracia increíble, su Palabra nos habla y nos dice como debemos caminar, la verdad nos hace libre y nos muestra la gloria de la cruz. ¿Quieres ser fuerte en tu cristianismo? Pues medita día y noche en la Palabra. Memorizala y que no se aparté de tu mente y corazón. Aprende sus promesa y guárdalas como una llave para cuando la prueba de tu fe llegue, memoriza la Palabra y vence las tentaciones del diablo. Que ellas sean tus consejeros.
Señor bueno y justo, a ti sea la gloria. Bendito sea tu nombre por siempre oh Rey. Señor perdona nuestra incredulidad a tu Palabra. Ayúdanos a ver las delicias que hay a tu diestra, haznos ver tu santidad para que temamos tu nombre. Así cómo el esclavo mira la mano de su amo, así que nuestra alma te anhele y que nuestro corazón espere en ti. Guarda en nosotros tu Palabra y enseñanos por medio de tu Santo Espíritu. En el nombre de Jesús, nuestro Verbo de Vida. Amén.
Salmos 119:16 LBLA
Hay muchas cosas debajo del Sol en las cuales nos podemos deleitar. Salomón el hijo de David indaga e investiga que deleites dan sentido a la vida del hombre. Sin embargo ni deleitarse en el vino, los bienes, las riquezas, la fama o el sexo. Salmón llega a la conclusión de que nada en este mundo tiene deleites que nos satisfagan plenamente. Nada bajo el Sol puede hacernos totalmente felices.
Entonces sí debajo del Sol no hay lugar en donde encontrar la satisfacción plena, como C. S. Lewis enseñaba "la satisfacción plena debe estar sobre el Sol y los cielos, no debe ser de este mundo."
¿En dónde está tu deleite? ¿En qué gastas tus fuerzas y tu atención? ¿Dios tiene el monopolio de tu deleite? Recuerda qué Salmos dice "Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera." (Salmos 112:1 RVR1960).
Deleitate en tu Señor y el te dará la más grande satisfacción que puedas conocer o imaginar. Deja ya los deleites vamos, abandona peregrino la pornografía, los vicios, la mentira, el amor al dinero y todo lo que esta Feria de la Vanidad te ofrece. Pon tus ojos en las cosas del cielo, en las cosas de arriba e inviables que son eternas.
Dios nos ha dado un medio de gracia increíble, su Palabra nos habla y nos dice como debemos caminar, la verdad nos hace libre y nos muestra la gloria de la cruz. ¿Quieres ser fuerte en tu cristianismo? Pues medita día y noche en la Palabra. Memorizala y que no se aparté de tu mente y corazón. Aprende sus promesa y guárdalas como una llave para cuando la prueba de tu fe llegue, memoriza la Palabra y vence las tentaciones del diablo. Que ellas sean tus consejeros.
Señor bueno y justo, a ti sea la gloria. Bendito sea tu nombre por siempre oh Rey. Señor perdona nuestra incredulidad a tu Palabra. Ayúdanos a ver las delicias que hay a tu diestra, haznos ver tu santidad para que temamos tu nombre. Así cómo el esclavo mira la mano de su amo, así que nuestra alma te anhele y que nuestro corazón espere en ti. Guarda en nosotros tu Palabra y enseñanos por medio de tu Santo Espíritu. En el nombre de Jesús, nuestro Verbo de Vida. Amén.
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